viernes, 11 de mayo de 2012

PRIMER AMOR


Niña de Cajatambo
(Oleo de Felipe Coronado J.)

Aún cuando jamás olvidé su existencia. La realidad maravillosa de su presencia. Nunca pude saber quién fue aquella niña dueña de mi memoria. Me resigné a vivir con su recuerdo, que era también su olvido. Sin embargo, de manera incidental, en una conversación descubrí de quien se trata. De manera que hoy nos une el secreto. Y por tratarse de la flor de mis secretos, solo diré que, a diferencia de mi mismo y de tantos cajatambinos, que no pueden vivir sin Cajatambo ni tampoco en Cajatambo, ella decidió ser madre y esposa, allí en donde nacimos y descubrimos -con nuestras propias manos y con nuestros cuerpos- cuanto de espiritual tiene el amor.


No sé como llegó. Ni quién es treinta años después.
Solo sé que teníamos seis o siete años
e íbamos a la misma escuela.
Recuerdo que fue al atardecer. (Yo jugaba en la carretera
cerca a la huerta de la abuela).
También me son ajenas las cosas que dijimos al vernos.
Lo cierto es que algo ocurrió a través de las palabras.
La vi de pronto franquear el zaguán.
Cruzar el patio y desaparecer tras el cuarto de calamina.
Bajo la sombra cómplice de las cuatro paredes
la puerta hizo tanto ruido que, a su modo, creo,
celebro aquel ansioso descubrimiento.
Apenas unos retazos de luz  invadían
nuestra menuda privacidad.
Entonces no nos dábamos cuenta
de la atroz soledad que rodean los actos del amor.
Solo sabíamos que estábamos solos y que eso bastaba.
Quién sabe si ladraría algún perro a lo lejos.
O acaso el trote apurado de algún caballo con su jinete
nos pusiera algo nerviosos.
No lo sé.
Yo solo veo juntarse -igual que estas palabras- 
su cuerpo tierno bajo mi cuerpo pequeño.
Así fue, o así me parece que fue.
(Tanto no puedo equivocarme).

A los pocos días, muy a mi pesar, 
me vi con espanto 
abandonar la tierra en donde nací.
Una nueva escuela y una ciudad distinta me esperaban.
Pasaron los años
y en las calles por donde anduve de niño
soy casi un extraño.

Un extraño que extraña
su sombra amada en la oscuridad del tiempo



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